martes, 17 de abril de 2018

DANOS SIEMPRE DE ESE PAN




El mercado religioso está saturado. Son muchas las ofertas que llegan de un lado y de otro que provoca una sensación relativista poniendo en duda y provocando la desafección de todo lo que tenga un color de fe. Se confunde la fe con la afectividad, poniendo el acento en que me sienta bien, me gusta o me da gusto, me aísla o me evade. Se crea una religión a la carta poniendo cada uno lo que le denomina su propia verdad. Se huye de lo institucional porque se considera atar a la persona en normas. Se busca lo cómodo evitando la formación y el conocimiento creando una formación de tuitt con pequeños mensajes más o menos certeros. Se indagan respuestas de lo desconocido en diversos personajillos que vencen por la labia y que son puro engaño. Y, por supuesto, no deja de haber nuevos mesías que nos adormecen con promesas de salvación que pueden anular la libertad.
Aquellos que salieron a buscar a Jesús tenían hambre, hambre de palabra y de Dios. Y por eso proclaman danos, Señor, ese pan. Hoy, como aquellos, hay hambre de lo bueno, lo santo, lo verdadero, lo justo, lo bello. No una idea, sino la vivencia de que la palabra, la oración, la comunidad, los sacramentos, el compromiso, sacia el vacío que hay en el hombre. Nada podrá llenar el deseo del hombre, el hambre de hombre, que el alimento del amor dado, eterno y entregado. 
Dice el corazón de la persona: No me llenes la cabeza de palabrería, sino de la Palabra. No me hartes de cosas y acciones vacías, sino de la certeza que la historia es acción salvadora. No me digas solo lo que tengo que hacer, acompáñame, aunque me equivoque para que cuando esté tirado sienta la mano que me levanta. No me hables de comunidades ficticias, sino pon delante de mí el rostro del hermano y de la hermana. No me llenes de proyectos y sueños que destierran el compromiso, sino ayúdame a ser mano tendida, abrazo fraterno, sonrisa sincera, corazón misericordioso. No me llenes el vacío con falsas felicidades, dame la alegría del resucitado. No me de lo caduco, dame lo eterno. No me de lo que sobra, se tu alimento.
Es el pan de vida, es el Señor

Nosa Señora, Naiciña da Franqueira, axúdanos a ter fame do Pan de vida

Feliz día
Xabier Alonso
Franqueira, Prado, Lamosa
17/04/2018

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