viernes, 7 de agosto de 2015

NO A LA VIOLENCIA. Arruinar la vida.



El evangelio nos previene hoy para que no echemos a perder nuestra vida, para ganar es necesario perder. Humanamente resulta contradictorio, pero incluso, en las relaciones humanas y en la vida es necesario entenderlo así. Para ganar en vida, en alegría y felicidad, en concordia y unidad, en comprensión y aceptación, en progreso y avance, en tantas y tantas cosas, es necesario perder. Perder de nuestras apetencias y gustos, de nuestras satisfacciones y logros, de nuestros proyectos e ilusiones. No lo veamos en calve negativa, necesito "perder" de mi tiempo para que con los demás ganemos. Y a quien nos lo entrega todo no le damos las migajas, a quien está dispuesto a todo por nosotros, aún a sabiendas que no somos buenos, no podemos ofrecerle lo que nos sobra, a quien está dispuesto a hacer todo por nosotros, incluso hasta la muerte no podemos negarle la vida, a quien va delante nuestra con la cruz no podemos decirle que nos pesa.
Estos días estamos observando con perplejidad a lo que conduce la violencia en los hogares. No quiero detenerme en descripciones que nos hacen mala sangre y nos llenan de pesar. Pero quisiera compartir con vosotros alguna reflexión, pero sin ánimo de hacer un tratado exacto, ni la solución a  todos los problemas:
La violencia, es violencia, venga de donde venga y no es solo por ser de uno u otro género, sino de muchos condicionantes: sociales, educacionales, formativos, espirituales, las historias personales, procedencias, etc
La familia, el hogar, no está inmunizado del contagio de la violencia que existe en la sociedad, desde los más pequeños y los muchachos y jóvenes en que se cambia el juego social por la violencia telemática de los videojuegos, cada vez más realistas y sanguinarios. Los adultos se acuestan cada día con la violencia de la comunicación: noticias explícitas y detallistas, los filmes en los que pasan pocos minutos en que alguno de los actores empuña un arma (yo nunca he tenido una pistola en la mano, y, en las películas nos parece lo más normal vez un lanzagranadas).
La violencia en todos sus aspectos, no solo físico, sino verbal, psíquica, afectiva, el tipo de lenguaje o de relaciones en las que prima una actitud egoísta y de autodefensa. De pequeños les enseñamos a los niños a defenderse, están a nuestro lado cuando ridiculizamos a alguien o insultamos y usamos un lenguaje nada adecuado. 
La violencia del vacío. Vivir sin rumbo, sin razones para vivir, sobrevivir con  ir tirando, querer ser el protagonista de una película en la que todo es fantástico y no tener la capacidad de aceptar los propios fracasos. La violencia interior que genera el no aceptarse a uno mismo, ni su historia, ni sus defectos, en el fondo, no aceptar que a pesar de todo puedas ser amado.
Y en lo que no estoy de acuerdo es en un lenguaje provocativo. Esto no es una guerra de sexos, ni un enfrentamiento de géneros, sino, la necesidad de que reine la cordura, se difunda el sentido común y crezca lo humano.
La violencia contra todo. Hemos generado un ámbito de violencia que todo lo que no es de mi "gusto" no vale. Puedo blasfemar, porque tengo derecho a enfrentarme al mismo Dios, puedo insultar a las autoridades elegidas, porque tengo derecho porque soy un elector, tengo derecho a enfrentarme a cualquier funcionario, médico, bombero o de hacienda, porque soy un contribuyente, tengo derecho a destrozar porque tengo derecho a pasármelo bien. Pero después hago la fe a mi manera, quiero que se haga lo que yo quiero, exijo porque todo tiene que estar a mi servicio, me quejo porque las cosas no funcionan. Y, resulta que, sin darme cuenta estoy siendo utilizado por un mercantilismo y unos intereses económicos que sueltan las migajas para que lo pases bien y punto. Hoy, con la tasa de paro más elevada de la historia de forma continua, con una precariedad laborar bestial, con un sentimiento de derrota y de pesimismo alarmante, hoy, fiestas por todas partes y diversión nada barata a rebosar.
No estoy de acuerdo con resolver las cosas a golpe de presupuestos engañosos, el dinero es importante, pero no lo resuelve todo. En la cultura de la subvención y del chollo fácil, lo que mejor nos puede ayudar es la gratuidad en las acciones, la formación de la ciudadanía, la atención personal entre todo, desterrando el individualismo.
No estoy de acuerdo con un lenguaje que dice sin decir, ¿alguien me puede explicar que es eso de tolerancia cero con la violencia?. ¿No es más lógico decir no y punto?. No a lo que destruye a la persona, le impide su madurez y su felicidad, que no quiere decir que "ji, ji, ja, ja", sino, la auténtica felicidad
Quisiera que hiciésemos un pequeño ejercicio, que busquemos en los medios, televisión, prensa, radio, en que lugar y a que horas tenemos acceso a programas de carácter cultural y formativo, cual es el trasfondo de los mismos. Quisiera que observásemos cual es el estilo de diversión que se propone a la juventud, en la que, los adultos se desentienden pues da mucho trabajo, una diversión de pasarlo bien, de buscar el límite, a veces físico, la diversión a costa de, aunque haga daño, la diversión del botellón y de las relaciones fáciles. 
Este tema da para mucho y mucho, solo citar aspectos que son necesarios a tener en cuenta: la desestructuración de la persona, la destrucción de la familia y su ámbito, la cultura de lo inmediato, la sinrazón de la cultura de la muerte, la necesidad de una educación preventiva, y un largo etc.
Queridos amigos, la sociedad del "progreso" nos ha encerrado en una espiral que, o salimos o nos devora. Por favor no nos dejemos arruinar la vida, sino,  perder para ganar
Negarse a si mismo para vivir en le Señor y dar vida.

Nosa Señora da Franqueira, vela polas nosas familias.
Recemos polas víctima de toda violencia.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
07-08-15

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