martes, 25 de agosto de 2015

AY DE VOSOTROS



Si alguien tiene un rato que se lo dedique a leer el capítulo 23 de Mateo. Es de estos escritos del Evangelio en que se ve a un Jesús enfadado con la situación socio-religiosa de aquel momento, pero, al mismo tiempo, es una lamentación. Una denuncia desde la compasión,. porque, los que se equivocan, los que manipulan a los débiles, los que se aprovechan de la inocencia, los que malinterpretan la ley, los que buscan su beneficio, son dignos de compasión. Y, como sacerdote, me veo muchas veces cuestionado por estas palabras de Jesús, me interpela el ver que la responsabilidad concedida por el Señor, amparada por el Espíritu, enviado a través de la Iglesia, no puede dañarse por las actitudes negativas como la hipocresía de olvidar lo más importante en la vida de fe y perderse en aspectos secundarios, o aparentar lo que en el fondo es podredumbre y maldad. Jesús odia las apariencias, en las cuales no solo caemos los sacerdotes de guardarnos ante las comunidades, sino que también es un pecado muchas veces generalizado en cristianos de a pie. Yo también estoy cansado de que a muchos les preocupen las formas, o las fórmulas, los gestos, y no vayamos a lo importante. Que nos quedemos en lo estético, en sentido más superficial, y no vayamos al centro que es el encuentro con Jesucristo. Voy a poner un ejemplo. A veces me saca de las casillas ver a personas que, no dudo de la buena intención, que vienen a visitar a la Virgen en el Santuario da Franqueira. Se sientan y se ponen de charla, afortunadamente son los menos, y están a veces despellejando al vecino, pasan por debajo de la Virgen con una superficialidad que se ve en seguir comentando... y esto, para mi desdicha no lo hace precisamente la gente joven. Y yo me pregunto, con la cantidad de personas por las que necesitamos rezar, que habrán hecho un montón de kilómetros para llegar hasta aquí, que después son los que se quejan si la Misa es larga o el cura se enrolla, o que tengo que irme... Bueno pues como ese ejemplo de los cristianos de a pie podemos estar mucho rato. Pero hoy el evangelio me lleva a mí, como a ti a descubrir la Buena Noticia que es. Así, nos invita a ir a lo esencial, y cita, el derecho, la compasión y la sinceridad. ¡Bravo por Mateo!. A cada cual lo suyo, lo necesario, la vida; al que sufre el amor, a todos limpieza de intenciones y de acción. Unidad de vida en quien tiene en su mano el cetro de la justicia, en quien es corazón manso y humilde, en quien es la verdad. Es Cristo el pastor que guía y conduce a su pueblo. A Él no solo el diezmo, sino todo, la vida le pertenece, es posesión suya, pues "tú me lo diste Señor, a vos lo torno, todo es vuestro". Y ahora que la palabra corrupción está por tantos lugares, cuidado con acusar cuando yo soy el que tengo en el interior la podredumbre. Lo corrupto nace del engaño de creernos eternos, así, vivimos en lo inmediato, satisfaciendo nuestras necesidades creadas y con la obligación de ocultar nuestra verdad. A Dios no le podemos ocultar lo que somos, por eso, si somos sinceros con nosotros El nos ayudará a encontrar la verdad.

Nosa Señora, Virxe da Franqueira, axúdanos a ser coma tí, sincera e verdadeira, e que, pola forza do Espírito, practiquemos o dereito, a sinceridade e a compaixón.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
25-08-15

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