jueves, 20 de agosto de 2015

A FRANQUEIRA, UN LUGAR ESPECIAL, Visita del Cardenal Amigo



La tarde de ayer transcurrió de forma extraordinaria, por lo excepcional de la visita del Cardenal Amigo al Santuario, y, de forma muy sencilla, por la cordialidad y la familiaridad del ambiente. Faltaban pocos minutos para la 6 de la tarde, un nutrido grupo de personas esperaban en el interior del templo, el coro ya había ensayado con Ángel Viro, que se ofreció a  acompañarnos en el órgano. Después de un rato de oración y todo dispuesto comenzamos la celebración en Honor de la Virxe da Franqueira. Con su tono afable, cercano y ahondando en los sentimientos de cada uno, D. Carlos, nos ayudó a que nos sintiésemos invitados por la Madre a estar junto a ella, sin olvidar, que, por muchos que seamos, o muy lejos que nos encontremos, todos cabemos en el corazón de una madre, y la mejor madre es María. El formulario de la Eucaristía fue el de "María, madre del consuelo", y, así nos ayudó la homilía a que nos encontrásemos, consolados. Primero que una madre nunca abandona ni reniega de sus hijos "se que mi hijo no es bueno, que hizo cosas muy malas, nos contaba relatando las palabras de una madre, se lo que es y lo que ha hecho y me duelo, pero es mi hijo". Recordó el texto de 11,27 en el que una mujer gritó entre la muchedumbre a Jesús "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron" a lo que el Señor contestó, "mejor los que escuchan la Palabra y la guardan". Pero uno de los momentos más especiales de su homilía fue al decirnos "hay lugares en el mundo muy especiales, y, uno de ellos es A Franqueira. Aquí el Señor nos habla de forma muy especial"... Aquí la Madre prepara un buen pan, un hermoso pan, que es bendecido y entregado, refiriéndose a la Eucaristía. Finalizó como había comenzado "Madre ¿dónde están tus hijos?".
Al final de la Misa cantamos la Salve y le dimos las gracias por tan espléndida visita, pero nos quedaba un detalle. De forma muy especial lo saludaron un grupo de sevillanos que estos días veranean en A Franqueira, que, como matrimonios jóvenes con sus niños, no quisieron perder la oportunidad de chalar con D. Carlos recordando sus años de trabajo en la capital hispalense.
Después de los saludos y conversación distendida en el atrio del templo tomamos un pequeño refrigerio en el salón parroquial, en el que, todos pudimos ser testigos de la afabilidad de D. Carlos y su cercanía a todos. 
Muchas gracias D. Carlos y a todos.

Hoy, día de San Bernardo, sin olvidar que es uno de los reformadores de la Orden del Císter, cuyos hijos habitaron este antiguo monasterio hasta 1835, encomendamos a San Bernardo a todos los devotos de la Virgen da Franqueira. Y lo hacemos con la oración escrita por él.


Acordaos,
oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.

Animado con esta confianza,
a ti también acudo,
oh Madre,
Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.

No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas
y acógelas benignamente.


Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
20-08-15


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