domingo, 1 de febrero de 2015

ADMIRACIÓN

Portada de la Sagrada Familia de Barcelona

Hace cuarenta días los ángeles descendían para anunciarnos una gran alegría para todo el pueblo. Un niño se nos ha dado. La señal es la pobreza en la que nace el Hijo de Dios, el Deseado, el mesías, el Salvador. Envuelto en pañales, contemplado por su madre, sorprendido el hombre justo José, rodeado por los pobres, adorado por los sabios, cantado por los ángeles. 
Este día os invito a que nos admiremos, con Simeón y Ana, con María y José. Admiración desbordada de quien permite que Dios ente en su vida para llenarlo todo de luz. Admiración dela pobreza enriquecida por le sencillez de un niño, y es que, un niño es no más frágil y lo más grande, lo más humilde y lo más noble, lo más dependiente y de lo que más dependemos. Admiración, y cuánta necesitamos, porque "vamos sobraos" de saber de todo, controlarlo todo y dominarlo todo. Admiración del que, iluminado por el Espíritu, sabe descubrir la luz del mundo en una pequeña criatura, la salvación en el que ni siquiera puede cuidarse de si mismo. Admiración para dejarse sorprender, no del que quiere dominar, porque cada día queremos dominar hasta al mismo Dios.
Hoy encendemos las candelas para reconocer que el el Señor el que nos viene a iluminar.

Contemplemos a María, que con el corazón lleno de amor y alegría recibe y entrega al mismo Dios, acepta en silencio que ese corazón será traspaso por la espada del dolor. Y es que una madre está siempre dispuesta a asumir el destino de su propio hijo haciéndolo suyo. 

Enciende María en nuestra alma la luz de la alegría.

Feliz día a todos

Javier Alonso
A Franqueira

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