lunes, 29 de diciembre de 2014

NAVIDAD: ABUELO, TÚ NO TE ENTERAS

Imagen del Niño Jesús en la Tienda de recuerdos del Santuario




¡Cuánto bien les hace a los nietos escuchar a los abuelos!, Estas personas entrañables que han dejado a un lago las exigencias de se su juventud, y como si un descanso se tratase, se vuelven condescendientes con sus nietos y consienten lo que no se les habría ocurrido en toda su vida con sus hijos. 
Hoy, el texto del evangelio, nos sitúa en la presentación del niño Jesús en el templo, y allí aparecen dos personajes ancianos Simeón y Ana, que guiados por el Espíritu Santo, manifiestan la alegría del encuentro con "la luz de las naciones y gloria del pueblo de Israel". Es ese mismo Espíritu el que les hace profetizar a María quién es el Niño y la espada atravesará el alma de la Madre. Y es que, pronuncian oráculos, al estilo del Antiguo Testamento, y sorprendentemente Ana, la viuda que está al servicio de Dios con ayunos y oraciones, es presentada como profetisa, algo más que inusual en el Evangelio. 
Uniendo ambas cosas, los abuelos y la escena del Evangelio, comparto con vosotros varias cosas:

1.- Los años no solo pesan, sino que dan poso, como el buen vino van envejeciendo de forma que le dan calidad a las personas. Aunque muchas personas mayores están en un continuo lamento de sus achaques, la experiencia de vida hace posible ver ésta con un poso y una serenidad, muy alejado del nerviosismo del que se quiere comer el mundo, incluso creyendo que es uno quien va a salvar al mundo. Simeón y Ana son ejemplo de un Adviento prolongado que ha visto culminada su espera. Los ojos cansados han podido descubrir la presencia del Salvador.

2.- Ahora que todo nos entra por la pantalla, y los nietos, que ya nacen con el dedo más diestro para recorrer los mandos, las tablets y los móviles, ingenuamente nos lo tragamos todo y nos lo creemos todo. Lo que no está en los medios y en las nuevas tecnologías no existe, así, los abuelos que no saben manejar todo esto no se enteran. Pero hay cosas que no pueden cambiar, aunque nos alucinen los destellos de los vídeos y de los super juegos, y es la mirada del Espíritu. Solo se logra con una mente abierta al diálogo con el Espíritu. Es Simeón y Ana que pueden contemplar en aquel niño, traído por una joven pareja, al esprado de Israel, al Mesías, al Señor.

3.- Se llenaron de inmensa alegría. Sí, y no es fácil, porque cuando llevas muchos años de vida, me imagino, que pesan mucho las tristezas, y que algo sobrepase y llene de alegría, no es nada fácil. Simeón y Ana nos dan una gran lección, llegar al final del camino sabiendo que su recorrido es parte de un proyecto, del plan salvador. Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, y es que, necesitamos aprender que cada uno tenemos una misión.

4.- Decírselo a todos. Como los abuelos que van llenos de razón con sus nietos, y las abuelas que no paran de decir una y otra vez que sus nietos son los más guapos, así, Simeón y Ana, haciendo suyo al Salvador, el niño que se nos fue dado, salen a  contárselo a todos. Y es que Jesús, sin hacer nada más que nacer, como un niño, lo revoluciona todo, como los niños en la familia, que lo llenan todo de vida.

Seguimos diciendo Feliz Navidad
Javier Alonso
Párroco- Rector del Santuario da Franqueira.
29/12/2014

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