martes, 29 de julio de 2014

X PEREGRINACIÓN Ó Ó VIA CRUCIS E Ó COTO DA VELLA


X PEREGRINACIÓN Ó VÍA CRUCIS E Ó COTO DA VELLA

A Franqueira, 2 de agosto de 2014

6 da tarde

 

“A miña alma proclama a grandeza do Señor”

 

 

El próximo sábado, como ya es costumbre entre los devotos de la Virgen da Franqueira, es el día en que se celebra en este santuario una pequeña peregrinación. Desde hace diez años, al finalizar la Misa vespertina de las 6, los participantes se encaminan por el trazado del Vía Crucis por la montaña da Paradanta, para que, lograda la cumbre llegar al lugar de “O Coto da Vella”. Un recorrido en el que se asciende a los casi 1.000 metros de altitud reflexionando y orando un tema que ayuda a vivir, con mayor intensidad, esta peregrinación.  

Tanto el Vía Crucis como o Coto da vella, son dos espacios vinculados directamente con el santuario. El primero es un camino construido en los años 70 y 80 del pasado siglo que corona la montaña con una gran cruz, y a sus pies otras tres cruces contribuyen a la visión espiritual de este lugar. A lo largo de este empinado trayecto los peregrinos participan activamente en las reflexiones. Este año están centradas en los textos del “Magníficat” del Evangelio de San Lucas. El objetivo es descubrir, a través de las palabras de María, la llamada intensa del Evangelio a vivir la caridad.

El final del trayecto culmina en el lugar denominado “O Coto da vella”. Según una antigua tradición fue una anciana la que encontró en una gruta la imagen de la Virgen, y por se un lugar demasiado agreste, decidieron construir la ermita donde el carro de bueyes detuviese su camino. Vendado los ojos de los animales descendieron hasta A Franqueira, donde brotó una fuente y se construyó su ermita.

O coto da vella recuerda este prodigio con una imagen de piedra colocada aquí en el año 1968. Es un precioso paraje con un especial encanto y con unas vistas extraordinarias. Desde esta montaña se puede contemplar toda la rivera del Tea, del Uma y del Miño, se logra divisar la desembocadura del Río Miño, con el Tecla a su vera, y los distintos montes de las cercanías de Vigo, o de la Sierra de Avión, así como las montañas de Portugal y Ourense. Asombra a más de uno el poder observar las Islas Cíes desde un lugar tan alejado de la costa, pero no olvidemos que muchos marineros se encomiendan a la protección de la Virgen da Franqueira en sus salidas al mar.

El final de la peregrinación está a los pies de la imagen que corona este monte con el canto de la Salve. Al regreso al santuario ponemos en común la merienda que cada uno hemos traído y finalizamos pasando un rato de convivencia.

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